EL SILLÓN DEL BÚHO.

Después de un descanso en esta sección, la retomamos, para presentar a escritores y blogueros que considero están intentando abrirse camino en el difícil mundo de la literatura y lo hacen con esfuerzo, con talento y mostrando al mundo que el tesón y las ganas de hacer las cosas siempre terminan dando frutos.

Hoy nos acompaña un joven escritor, que ha pesar de no tener aún ningún libro publicado, ha llamado la atención por los relatos que publica en su blog, la mayoría de terror.

Nació en Valladolid, España en 1986, donde radica todavía, es auxiliar de enfermería en salud mental, imparte  los domingos, un taller de escritura llamado "Sueños de Escritor". 

Pueden leer sus relatos en su blog Minirelatos Terroríficos.

Sin más preámbulo, les presento a:

JOSÉ LUIS LOSADA 

A quien le agradezco mucho el tiempo que se tomó para responder:

1- ¿En qué te inspiras para escribir tus relatos?

En primer lugar, Thelma, me gustaría darte las gracias por la oportunidad que me brindas haciéndome partícipe de tu sección. Todavía no tengo nada publicado, por lo tanto, todo aquel que visite esta entrada me desconocerá por completo (a no ser que sea algún amigo); así que muchas gracias por incluirme a pesar de que mis historias aún no hayan salido en papel.

Respecto a tu primera pregunta, creo que es difícil contestar con una respuesta exacta. Ahora bien, sí puedo decirte que la mayoría de mis relatos o novelas me tienen como protagonista. Evidentemente no puede estar mi vida al completo en cada uno de mis escritos, pero sí gran parte. Desde un principio fue así; yo no escribía por gusto, sino por desahogo personal, y creo que por ello un alto porcentaje de mis creaciones se basan en el hombre, muchacho o niño con problemas, incomprendido, infeliz, frustrado con la vida, amargado etc... Después solo he tenido que releer los apuntes que guardo tanto en el móvil como en forma de notitas por toda la casa. En cada habitación tengo un bolígrafo y un papel, y así echo mano de los dos cuando algo me viene a la cabeza. El resultado final es la mezcla de mi yo interno y el desarrollo de la mente. 

Me atrevería a decir que 99% de los escritores que lean esto, se sentirán identificadas. La mayoría de las historias (por no decir todas) tienen buena parte de la experiencia personal de quien las escribe, sobre todo la primera de ellas. Ese es el 99%; el 100% se identificará seguro, porque todos, absolutamente todos, sabemos lo que es pasarlo mal. 

2-¿Por qué elegiste el terror como tema de tu blog?

Mi terror es diferente a lo que el mundo considera "terror". La gente se centra en los vampiros (muy de moda ahora, por cierto), zombis y fantasmas, el que salga sangre y la chica del principio no pase de la primera página. Por supuesto que en alguna de mis historias el lector hallará alguno de estos "seres" —por llamarlos así— pero en la mayoría no aparecen. Mi terror es un terror psicológico, un terror sentido; es la mezcla entre el miedo, la angustia y el fracaso de la mente humana, la mente enferma. 

Hay mucho médico en mis creaciones, y mucha enfermedad mental; hay mucho demente malvado y mucho demente inocente, que es así sin elegirlo... 

Yo elegí el terror no por ser fanático de las películas de dicho género, sino porque no hay mejor manera de transmitir una sensación que la de trabajar con el sufrimiento. Mi forma de ver el miedo carece de monstruos. Para mí no hay mayor terror que el de la realidad, y de esto, por desgracia, hay mucho que contar. 

En los últimos meses sí, escribo novelas con personajes más terroríficos. Terminé el año poniendo fin a una historia de zombis. Me decanté por ellos cuando mi habitual manera de trabajar se extinguió, y aunque parezca mentira, fue al comenzar una buena época de felicidad. Al no estar mal no podía narrar penurias; como me encanta escribir, llegó la hora de dejar volar la imaginación, apartar al fracasado y dar vida a otros personajes.

3-¿Qué experiencia te dejó haber participado en el Cylcon 2015?

Buenísima.

Estuve meses acompañado por nervios; en mi cabeza solo existía la palabra “Cylcon” repitiéndose día y noche. 

José Francisco Sastre me recomendó, y Dioni Arroyo Merino dijo que sí, que participase (Gracias a los dos). No puedo olvidarme de Gusa Pira, quien después de haber acudido una temporada a mis clases, también me nombró para dar la actividad que, al final, los nervios no derrotaron (Gracias).

No era la primera vez que hablaba en público, sin embargo sí era la primera que me veía rodeado de escritores, personas presentando sus obras. Tenía que dar una clase de cuarenta y cinco minutos, y estos, así como los segundos, no pasaban. 

Creía que iba a quedarme en blanco, que se me trabaría la lengua y que no entenderían nada de lo que les dijera. Pero me equivoqué: todo salió bien.

Di la clase, hice un juego literario con el que parecieron divertirse y conocí a gente maravillosa. No puedo nombrarlos a todos, pero con “gente maravillosa” me refiero a todo aquel que habló conmigo, y que hoy en día, lo sigue haciendo. 

4-¿A qué puntos va enfocado tu taller de escritura?

Me alegra que me preguntes sobre el taller, ya que es una ilusión que a día de hoy se mantiene viva.

Todo se remonta a hace año y medio. Fui de alumno a un taller de escritura, un taller al que me encantaba acudir. Me pasaba los días restantes a él deseando que llegase el momento de entrar por la puerta y reunirme con mi profe y mis compis. Fueron tres meses de verano maravillosos, y cuando terminó, estuve tiempo dándole vueltas a la cabeza: ¿si tomo las riendas?, me preguntaba una y otra vez, hasta que sí, me decidí y me lancé a la aventura. 

El taller se llama “Sueños de escritor”, y todos los domingos doy clase durante dos horas. En un primer momento pensé en impartir solo clases para personas interesadas por el terror, por ello los primeros meses fue un taller de lectura, y no de escritura; la idea no me convencía y opté por abrirlo a todos los géneros. 

Hoy en día acude todo aquel que ama las letras, que ama el sentarse delante de un ordenador o una hoja de papel y confeccionar historias. Es un taller teórico y práctico; intento ayudar a los que forman parte de él, hacer que mejoren, y, ojalá, algún día todos ellos tengan publicadas sus obras. 

5-¿Tienes algún escritor como influencia directa en tus escritos? 

Tengo unos cuantos, aunque pienso que cada escritor debe crear su propio estilo, no intentar parecerse a ninguno de sus referentes. Si ya de por sí, leer es la base para convertirte en escritor, cuanto más leas a un determinado autor, más vas a asemejarte a su estilo. Aun así, sigo diciendo que cada uno debe de observar bien lo que lee, y después, adecuarlo a su forma de escribir. Todos utilizan palabras, puntos, comas, punto y coma y dos puntos. Dicho así parecen pocos aliados de la narrativa, pero en verdad, con ellos pueden crearse verdaderas maravillas sin intención de igualar a nadie.

Me encantan los cuentos de Edgar Allan Poe, los asesinatos de Agatha Christie, las increíbles historias de H. P. Lovecraft, los relatos de Ray Bradbury y las Pesadillas de R. La. Stine. Muchas de estas últimas han conseguido aterrarme más que cualquier novela de mayor éxito… Leo de todo, no solo terror, y por supuesto devoro libros de autores de todos los géneros; pero sí hay alguien del que siempre me acuerdo cuando voy a escribir, que me introdujo en el mundo del horror alucinando delante de la pantalla, en blanco y negro, sin sangre y, como dije antes, aterrando con el terror de la realidad. Me refiero a Narciso Ibáñez Serrador. La gente de mi edad se extraña cuando digo que es mi ídolo, pero lo hacen porque no lo conocen. Él llegó y nos trajo el terror que después otros directores de cine han ido actualizando hasta convertirlo en lo que podemos ver hoy en día. 

Me acuerdo de él cuando escribo porque fue quien me hizo leer a Poe, al mismo que homenajeó en sus míticas Historias para no dormir. 

6-¿Qué opinas del apoyo a los escritores noveles? ¿Es suficiente?

En 2016, que una persona tenga su propio libro en el escaparate de una librería, es todo un triunfo. Creo que son y serán cuatro los que lo tengan en este año, a no ser que sea autoedición. 

Hasta ahora yo he seguido mi tradicional forma de hacerme llegar ahí, y es a base de enviar manuscritos a las editoriales. Los envió, los rechazan; los envío, los rechazan. Y así sucesivamente, conmigo y con otros cientos como yo.

Para empezar, pienso que el apoyo debe nacer de los propios compañeros de profesión, afición o como lo quiera llamar cada uno; hay dos errores fundamentales que lo están echando todo a perder: la absurda competencia y el creerse más que los demás.

Si todo escritor dejase de creer que por recomendar a otro que, como él, ha sufrido, sufre y está sufriendo las de Caín para que su nombre aparezca en un libro, solo por pensar que le van a quitar el puesto y la fama —siendo el lector el único responsable de que esto ocurra, y ocurrirá si lo que lee merece la pena ser aclamado— entonces sí, el apoyo aumentará, se moverán por este mundo, se leerán sus obras y, tal vez las editoriales lo descubran, no publiquen solo al que tiene un nombre imborrable y el escritor novel no tendrá que pagar por maquetar un libro sin ningún tipo de distribución más que la suya propia…

No hay que ser egoístas. Hay que hacer y dejar hacer.

7-¿Tienes algún proyecto literario para publicar pronto?

Sí, pero dependo de las editoriales. Tengo varios manuscritos, y sigo escribiendo más. Estoy a la espera de recibir un “sí” o un “no” con una de mis obras, la que más tiene de mí en la historia. Llevo más de diez años detrás de publicar, y no voy a desistir hasta conseguirlo.

Espero que pronto la gente pueda leer algo mío sin tener que entrar en el blog. Deseo la misma suerte a todos los que lo estén intentando.

8-Cuéntanos cómo es un día excelente en tu vida.

Mi día a día es un no parar. Me levanto tarde porque estoy en paro, pero no paro quieto. No obtengo remuneración económica, sin embargo no puede decirse que no trabaje. Me levanto para comer, y a las dos horas ya estoy fuera de casa. 

De lunes a viernes me levanto sobre las 13:00h, me ducho, como y salgo de casa. Me paso la tarde entre fotocopias, colaborando con Cruz roja o quedando con los amigos y amigas (Un poco de respiro). Cuando regreso, ceno y me pongo a escribir. No suelo ver la televisión a no ser que alguna serie me interese; así que en cuanto termino de cenar me rodeo de letras. 

Escribo unas dos horas, corrijo los deberes de la clase, preparo la siguiente y descanso para conectarme un rato a las redes. Vuelvo a escribir otra hora, leo otro par de ellas, luego dibujo o practico juegos de magia (Estos últimos han vuelto a mí después de años de reposo). Y acabo acostándome casi a las siete de la mañana. 

Los sábados, igual, aunque estoy más tiempo en Cruz roja, más tiempo con los amigos y menos rato escribiendo. Los domingos tengo el taller.

Este es mi día a día, aunque de día tiene poco (jajajaja)

De nuevo, muchas gracias por la entrevista, Thelma. Un beso fuerte.

Lo pueden encontrar en:

Facebook: José Luis Losada

Twitter: @joselosada86